martes, 20 de marzo de 2018

De niñas y faros

[de  internet]

                “Ahí está: la luz al otro lado del agua. Vuestra historia. La mía. La de él. Hay que verla y creer en ella. Hay que oírla. En el infinito parloteo de la narrativa, a pesar del bullicio del día a día, la historia espera a ser oída.
                Hay gente que dice que las mejores historias no tienen palabras. No les criaron para ser fareros. Es cierto que las palabras se desvanecen y a menudo las cosas realmente importantes no se dicen. Las cosas importantes se aprenden en los rostros, en los gestos, no en nuestras lenguas encarceladas. Las cosas auténticas son demasiado pequeñas o demasiado grandes, o en cualquier caso nunca tienen el tamaño adecuado para encajar en el templo llamado lenguaje.
                Eso ya lo sé. Pero también sé otra cosa, porque me criaron para ser farera. Apagad el bullicio del día a día y al principio sentiréis el alivio del silencio. Luego, muy quedo, tan quedo como la luz, regresa el significado. Las palabras son la parte del silencio que puede ser hablada.”


La niña del faro, de Jeanette Winterson -2004-

[Fragmento en El caimán sincopado]