viernes, 16 de octubre de 2015

Una forma como otra cualquiera de convertirse en primer ministro


[Palacio de Westminster, Londres]

“El mundo de Westminster es un club con muchas reglas tácitas, celosamente custodiado por los políticos y por la prensa; en especial por la prensa, por el afamado grupo de corresponsales parlamentarios que discreta y silenciosamente regulan la actividad mediática en el palacio de Westminster. Permiten, por ejemplo, que se lleven a cabo sesiones informativas y fuente jamás se la estricta condición de que la fuente jamás sea revelada. Nada, ni un atisbo, todo en las sombras. Dicha situación propicia que los políticos estén dispuestos a mostrarse tremendamente indiscretos y a filtrar confidencias; y, a su vez, permite a los corresponsales parlamentarios cumplir con sus plazos y conseguir los titulares más jugosos. El código de la omertà es su pasaporte; sin dicho código, el periodista –o la periodista- en cuestión no encontraría más que puertas cerradas y bocas todavía más cerradas. Revelar la fuente es una ofensa mortal, aporrear la puerta privada de un ministro queda solo ligeramente por debajo en la lista de comportamiento despreciable que automáticamente corta por lo sano el acceso a contactos útiles. Los corresponsales políticos no persiguen a sus presas hasta sus casas: eso supone malas formas, tarjeta roja y broncas por doquier.”



House of cards, de Michael Dobbs -1989-